lunes, 24 de mayo de 2010

El cenicero

El debate fué largo e intenso, concluyendo sin haber llegado a consensuar una postura en común.
César y José se retiraron antes, porque sabían de antemano que jamás se llegaría a un acuerdo.
Ellos tenían una postura clara: Estaban contentos por la aprobación de la ley, pero la comunidad LGBT no debería dar un apoyo explícito al gobierno. "Puto, hetero, bi o asexuado, la minería contaminate te mata igual, todos los trabajadores sufrimos igual en este sistema opresor y explotador y la injusticia y desigualdad nos afecta a todos"
Caminaron tres cuadras tomados de la mano hasta llegar a la parada del colectivo que los lleveria a su casa. Cuando divisaron el colectivo, José dijo: "Por suerte llegó pronto, la última vez tuvimos que esperar más de media hora" sonrió y besó en la boca a César, quien en ese mismo instante, sintió una puñalada de angustia que invadía repentinamente su cuerpo ignorando su procedencia pero con una intensidad tan grande como hacía mucho tiempo que no sentía.
¿Estás enojado conmigo?- Preguntó José al notar que no respondía sus gestos de cariño.
No, no me pasa nada, mi amor- Respondió César de un modo automático y mecánico.

Al llegar a casa, César vió a su hermana esperandolos en la puerta de entrada, con los ojos llenos de lágrimas. Venía a informarle sobre la muerte de su padre.


Arma plantada, testigos falsos, pruebas adulteradas....El policía que terminó con la vida del padre de César no sólo siguió trabajando ya que oficialmente fué un homicidio en legítima defensa porque cumplió con su deber policial, sino que fué ascendido y condecorado.

Mónica, la profesora de literatura, siempre sospechó que su hermana vivió al menos hasta dar a luz y que el hijo o hija debía estar por allí ignorando su verdadera historia.
Abuelas de Plaza de Mayo recuperaron más de 100 nietos, pero faltaba muchos más por hacer, Mónica conservaba las esperanzas de algún día encontrar a su sobrino o sobrina.
Siempre fantaseaba sobre si el azar hacía que alguna vez se cruzaran en la calle ¿Lo reconocería o no? ¿Me aceptaría o me rechazaría? lo que es más importante ¿Aceptaría su verdadera historia o la negaría? En ese momento, la esperanza muta a dolor y angustia y como un latigazo de pena intensa que la azota y desgarra su piel y su alma le invade un interrgonte ¿y si se trata de alguien que ya conozco y lo ignoro? Podría ser cualquier persona con la que me cruzo a diario que tenga la misma edad.

Guillermo Tostado el impresentable funcionario del gobierno que goza de tanto poder que le se dá el lujo de jactarse haber degollado a tres ex-ministros de economía del gobierno, iba a estar otra vez en Córdoba, también vendría junto a él Bigotes en Almíbar.
Tostado llevó consigo a su guarda espaldas personal: El gordo Oruga, el tatuado campeón mundial de "Vale Todo" categoría peso pesado, un mediático deportista de polémicas declaraciones homofóbicas y racistas en diversos probramas de tv-basura.

El policía asesino que mató a un ex-policía asesino sin saber de quién se trataba, gozaba de la fama temporal que le daba su heroica acción (la versión oficial sobre los sucesos que desencadenaron en la muerte del padre de César, parecía haber sido escrita por un mal gionista de alguna serie policial berreta) fué por sus 15 minutos del gloria que el jefe de la policía de Córdoba lo designó para que se encargue de la custodia de Bigotes en Almíbar y Guillermo Tostado.

El gordo oruga y Bigotes, apenas llegaron a Córdoba, fueron al burdel VIP más caro y exclusivo de la ciudad, regenteado por el hermano del segundo dirigente más importante de la Cámpora Córdoba.
Por la ausencia de ámbos, el policía estrella del momento se reunió con el segundo guardaespaldadas de Tostado, se trata de Mondogo.
Mondongo fué también luchador de "Vale Todo" pero fué suspendido de por vida cuando años atrás durante un combate, enojado por un fallo, le metió una botella de Gatorade en el ocote al árbotro de la pelea.
Al verse imposibilitado de pelear, Mondongo tuvo que aceptar la propuesta del Gordo Oruga y trabajar como su entrenador.


Se reunieron en el lobby del hotel para dialogar sobre la seguridad en el acto que Bigotes y Tostado encabezarían. En el mismo hotel se realizaba un seminario de literatura de entreguerras (la famosa generación perdida que tantas bellas obras generó y que también fué la camada hermana mayor de los escritores beatniks) a ese seminario asistió Mónica.

Dos años atrás, una marcha opositora, fué violentamente abortada por una marcha oficialista, dirigida por el líder de los piqueteros oficialistas, el patotero Alquitrán D'allessio, un oscurísmo puntero que fué creciendo en poder y dinero y ahora es parte escendial del brazo armado del gobierno. En esa contramarcha, también participó Tostado y sus dos guardaespaldas: El Gordo Oruga y Mondongo. Desde ese momento sus feos rostros tomaron público conocimiento y pasarona ser imagen medíatica reconocible.

Mónica y su amiga y colega Celeste los cruzaron en el lobby y reconocío a Mondongo. Guíada por un impulso le gritó: "Decile al mafioso de tu jefe que deje de mentir con los números de la inflación" avanzó dos pasos en dirección a ellos y continuó: "somos docentes y cada vez nuestro mísero salario vale menos"
Mondongo se quedó inmovil, ignorando los insultos, pero el policía se levantó de su silla y se dirigió a ella diciendole: "Tomatela de acá zurdita de mierda, vos deberías estar laburando"
¿Y vos quién sos? le respondió con desprecio y desdén Mónica, ignorando de quién se tratada.
Soy, policía -Respondió -Y si no te la tomás zurda imunda, la vas a pasar muy mal.
En ese momento se sumó un tercer docente, Cárlos, profesor de literatura en una escuela urbano-marginal ubicada en el medio de una villa y militante de DDHH, su padre, también docente y miembro del PST había sido chupado por los milicos en 1978 durante el mundial de fútbol, el mundial de los argentinos "derechos y humanos" (farsa tan grande y grotesca como la del bicentenario)
Yo conozco a este hijo de puta - gritó Carlos-Es el que mató a padre de César, tu amigo.
Es verdad que el padre del pibe era un facho hijo de puta, pero yo no me trago la versión oficial de cómo murió, fué un asesinato (no sé porqué motivo) y luego armaron la escena-Continuó diciendo Cárlos.
Será una bosta, pero no es un asaltante, eso es ridículo y absurdo-Concluyó Carlos.
En ese momento, Cárlos agarró un cenicero de pié que había en el lobby y golpeó fuertemente en el rostro del policía que cayó al suelo ensangrentado.
Sin saber porqué Mónica vió al policía herido como un niño indefenso, sintió hasta ternura y ganas de abrazarlo, pero dió media vuelta y se fué con Celeste y Cárlos.
Caminaron unos 10 metros y entraron a la sala de conferencias
Dos Passos y Caldwell los esperaban allí.

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