La glamorosa morocha culona mira hacia todos lados, cree que nadie la observa y sin elegancia alguna, mete su dedo en la nariz hurgando torpemente hasta sacarse un moco que luego deja pegado en el poste de la parada del colectivo.
A 50 mts de allí, en otra parada, Sugus espera el bondi que lo llevará a su casa.
Delante de él, una gorda de unos 45 años enciende un cigarrillo y lo fuma casi extasiada. El humo del cigarrillo molesta a Sugus, pero no le dice nada porque no quiere pelear. Llega un colectivo, la gorda apaga el cigarrillo lo guarda en su bolsillo y sube.
Él continúa en la parada esperando que llegue el suyo.
10 minutos después, aparece el colectivo. Sube. Está casi vacío. Se sienta al fondo a la izquierda y observa a los demás pasajeros. Dos asientos delante de él, en la misma fila, un hombre duerme con la cabeza apoyada sobre la ventana. Tiene un viejo vaquero azul y una remera negra, sus ropas están manchadas con cal, seguramente se trata de un albañil explotado que trabaja en negro y está regresando a su casucha después de una larga y agotadora jornada de esclavitud.
En la fila del frente a la misma altura que él, una chica de unos 15 ó 16 años, no más, está amamantando a un bebe de unos 6 meses. La niña/madre mira con mucho amor a su criatura y sonríe dulcemente. La sonrisa de ella refleja mucho más amor de lo que cualquiera de las “mujeres bien” jamás experimentarán ni sentirán por sus hijos ni por nadie. Pero también su rostro refleja dolor angustia y abandono. Seguramente el padre del bebé está ausente. Huyó cobardemente cuando se enteró que ella estaba embarazada. Ahora tiene que hacerse cargo sola, porque su ex pareja no es un hombre de verdad.
En el asiento de atrás del colectivero, viaja una mujer de unos 23 años. Sugus la ve y se enamora.
La observa y comienza a imaginar sobre ella: Su nombre, edad, su historia de vida.
Imagina que la mujer se llama Carola, tiene 24 años, es poeta y le encanta cantar jazz (lo hace muy bien) trabaja en un barsucho como camarera, su novio es el gerente del bar. Su pareja la maltrata y ella ya está harta. Desde hace tiempo viene pensando en dejarlo pero nunca se animó.
Sugus y ella se bajan juntos en la misma parada, ella le pregunta la hora y él le responde. Comienzan a hablar, hasta que se anima y la invita a tomar un café. Ella acepta. Hablan, se entienden muy bien, hay química. Carola le muestra un cuaderno con sus poemas, Sugus los lee y le dice que son muy buenos que debería publicarlos, él se compromete a llevar los manuscritos a un amigo que es librero y conoce de un par de editores que podrían publicar un libro con sus poemas. Luego ella le comenta que le encanta el jazz, que heredó de su padre más de 2.500 vinilos con joyitas del mejor blues y jazz, algunas inconseguibles de alto valor económico y cultural. Desde niña, gracias a sus progenitores melómanos, comenzó a cantar jazz. Nunca lo hizo en público. Sugus insiste y ella le canta allí mismo en la mesa del café. Él queda embelezado con su dulce vos, melancólica pero potente a la vez. Ideal para el jazz.
Llegan a la casa de Sugus y hacen el amor, a la mañana siguiente, Carolina se levanta temprano para ir a trabajar.
Mi novio me va a preguntar porqué anoche no respondí sus llamados. Él es muy celoso y no sólo me va a golpear sino que también va a despedirme. Estoy desesperada-Dice llorando.
Sugus seca las lágrimas de ella con su mano, le acaricia el rostro y le dice-No te preocupes, yo voy a solucionar todo.
Caminan de la mano hasta la puerta del bar.
Esperame acá-Dice Sugus
Él entra, pregunta por el gerente. Cuando éste sale, Sugus lo golpeaba en la nariz con su puño izquierdo.
Sugus es pequeño, mide 1,70 metros y pesa 65 kilos. Por el otro lado, el novio de Carola mide 1,80 y pesa 90 kilos. Pese a eso, Sugus gana cómodamente la pelea ya que él es más valiente y va al frente.
Luego, sale del bar y besándola en la boca, le dice a Carlola: Ya está, mi amor. El va a dejar que vos te vayas y te va a pagar 6 meses de sueldo. Con ese dinero vas a poder subsistir hasta conseguir otro trabajo, pero ese próximo trabajo será temporal. Cuando salga tu primer libro y tu primer CD nunca más vas a necesitar trabajar.
Ella, sonríe dulcemente.
Sugus y Carola se van caminando tomados de la mano felices.
El timbre del colectivo corta violentamente la fantasía de sugus, la chica se baja y desaparece para siempre de la vida de Sugus.
La realidad es que ella no se llama Carola sino Sofía, tiene 22 años, no le gusta el jazz y canta bastante mal, no le gusta la literatura y jamás escribió un poema. Ella no trabaja en un bar (en realidad no trabaja) estudia Ciencias Económicas y su novio jamás la maltrató, igualmente su pareja es un imbécil (ella sí lo maltrata a él)
Tampoco tiene pensado dejar a su novio con el cuál se van a casar en 6 meses.
Cada mujer que se va es un universo que muere, unas páginas que nunca existirán en ningún libro.
Sugus se asoma por la ventana, el bondi está cruzando las vías, aún faltan 15 minutos para llegar a su casa.
Suena el celular, él atiende.
Hola Sugus, soy Alina ¿Cómo andás? ¿Todo bien? Te llamo para confirmarte que la charla se hace ¿vas a venir?
Sugus le responde: Estoy con muy poca guita, pero igualmente voy a rebuscármela para poder ir. Esperame porque voy.
¿Cómo hacemos al final?-Pregunta Alina-¿Nos juntamos directamente allá o vas a pasar primero por San Juan y de acá salimos juntos?
Pasaré primero por tus pagos, saludo y salimos juntos-Dice Sugus
Bueno-Responde Alina-Venite un día antes ya que la noche anterior vamos a hacer una juntada con amigos.
Ok, allá estaré-Dice Sugus
Llevá Fernet-Dice Alina entre risas.
Ha pasado un mes desde la Apostasía Política que organizó Alina.
Sigue yendo todo muy bien en su vida personal y familiar, también en el grupo anarquista que formó el que maneja el comedor y centro cultural comunitario. Alina pasó de ser la bloguera estrella oficialista a la enemiga pública del gobierno. Su nuevo blog cada vez tiene más visitas.
Aún sigue siendo agredida por los oficialistas, pero a ella no le importa.
Sabe que está haciendo lo correcto.
Alina expuso su conferencia: “Las ideologías políticas como una religión más” en Buenos Aires, La Plata, Córdoba, Rosario, Tucumán y Salta.
Ahora es el turno de Mendoza y Sugus está invitado a asistir.
Sugus baja del ómnibus, Alina y El Gallego lo están esperando en el andén de la Terminal de San Juan. Se abrazan y se saludan.
Antes de pasar por casa, tomémonos un café en el bar de la Terminal- Dice Alina.
Son recién las 9 de la mañana y ya te tomaste 5 cafés-Dice el gallego.
Alina con ojos de asesina mira al gallego y le dice ¿Y qué? ¿Hay algún problema?
Ninguno, no hay problema-Dice el Gallego-Te amo, hermosa.
Ahora el rostro de Alina vuelve a tener la dulzura y ternura de siempre y con una sonrisa responde-Yo también te amo, gordo.
Son las 10 de la mañana de un soleado sábado en el pueblito de Alina en San Juan.
Sugus, Alina y El Gallego llegan a su casa. Vienen de la Terminal. Sugus saluda a los cuatro hijos de ellos y al perro Bull Terrier de la familia.
Los tres hablan en el living durante dos horas sobre música, arte filosofía y la inmortalidad del grillo, mientras los cuatro chicos juegan a la PlayStation con el video juego nuevo que Sugus les regaló.
Ya es medio día-Dice El Gallego-Me voy a encender el fuego para el asado. Los dejo, sigan charlando ustedes.
Sugus y Alina continúan hablando en el living.
Estaban hablando sobre las pésimas secuelas de Matrix, cuando El Gallego los interrumpe: Ya está el asado, vengan ya, pero primero, mi amor, avisale a los chicos que ya está la comida.
Luego del suculento asado, llegó el postre: Una tarta de frutillas que Alina cocinó.
A la siesta, luego del café y la sobremesa, Sugus, Alina, El Gallego, sus hijos y el perro se fueron a las sierras a pasar el día. A las 21 hs llegaron a la casa de la madre de ella.
Si bien al comienzo el diálogo fue muy duro y tenso cuando Alina le contó a su madre que abandonaba el peronismo, al final ella y su madre lograron entenderse. Pese a que ella renunció al peronismo, su madre aceptaba la decisión y comprendía la postura que había adoptado. Ahora eran más unidas que nunca.
Desde que Alina abandonó para siempre el peronismo, casi ocho meses atrás, la relación de ella con su madre era mejor y más sincera y honesta que nunca.
Son las 22 hs Alina, El Gallego y Sugus salen de la casa de la madre de ella rumbo a su casa. En una hora comenzaran a llegar los amigos. La juntada comienza enseguida. Los chicos se quedan. Mañana Alina, El Gallego y Sugus partirán rumbo a Mendoza. La abuela cuidará a los niños.
Comienzan a llegar los amigos de Alina y El Gallego, los viejos y los nuevos. Hablan sobre el festival de cine que van a hacer en el centro cultural comunitario. Alina quiere pasar “La Naranja Mecánica” “Perdidos en La Noche (midnight Cowboys) y Busco mi Destino” tres de las películas hollywoodenses favoritas de ella. También hablan sobre las acciones que van a tomar en torno a un caso reciente de gatillo fácil en San Juan, a pocas cuadras del comedor.
Después de eso, el dialogo se distiende.
Alina, desde que despertó el día del incidente con Bigotes en Almíbar, además de animarse a escribir y dibujar (ambas cosas las hace muy bien) también se compró una guitarra eléctrica.
Está aprendiendo a sacar canciones de The Clash, Todos Tus Muertos, Massacre, The Cure, Joy Division, Ramones, Nirvana, Bauhaus, Yo la Tengo, Dinosaur Jr y hasta con los pedales de efectos se anima a los ruidos de Sonic Youth, The Jesus and Mary Chain y My Bloody Valentine.
Esa noche se anima a tocar la viola frente a sus amigos.
Son las 8 de la mañana y el último amigo se va.
Quedan tiradas en el piso muchas botellas vacías y un fuerte olor a marihuana en el ambiente. Cuando regresemos de Mendoza, limpiamos todo- Dice Alina.
Toman un taxi y salen rumbo a la Terminal.
Llegaron a Mendoza, van al hotel a descansar.
Nunca más paso la noche de largo, ya no tengo 18 años-Dice Alina agotada.
Ella y El Gallego piden una habitación matrimonial, Sugus, una single.
Al día siguiente, Sugus se levanta, va al baño, mea, tira la cadena y entra a la ducha.
Luego sale del baño se viste y medio dormido baja hasta el bar del hotel. Allí ya están Alina y El Gallego desayunando. Cuando ellos lo ven, con un gesto lo invitan a unirse a la mesa.
A la noche, en el mismo Hotel, Alina dará su conferencia.
Alina estaba por pedir su quinto café del día, cuando se le acerca una pareja: El ,25 años, cabello negro largo, lentes redondos tipo John Lennon alto y delgado. Ella, 22 años rastas rubias, ojos grandes y marrones, apenas llega al metro cincuenta.
Hola ¿vos sos Alina? Preguntan ambos al unísono.
Sí, soy yo-Respondió con un una tímida sonrisa.
Nosotros seguimos tu blog anarquista, nos parece excelente. Sabemos de tu activa militancia por eso queremos pedirte un favor.
¿De qué se trata?-Preguntó Alina.
El pibe de lentes redondos responde: Hoy vamos a hacer una marcha en contra de la minería en Mendoza, queremos que vos participes en la manifestación. Tu presencia es importante.
¿A qué hora es? –pregunta Alina.
A las 16 hs –responde la chica de rastas.
Entonces estaré con ustedes, pero no se olviden que a las 20 hs tengo la conferencia ¿Ustedes van a asistir verdad?
Claro que sí-Respondieron los dos.
La marcha contra la minería contaminante era a las 16 hs pero Alina, El Gallego y Sugus se iban a juntar a las 15 hs con los colectivos que organizaban la marcha para coordinar algunos detalles. La reunión sería en un local sindical.
Llegaron puntualmente a la hora pactada.
La chica de rastas y el pibe de cabello largo y lentes Lennon los saludan, le presentan al resto del colectivo, una agrupación anarquista mendocina. Después saludan a los otros organizadores de la marcha: Organismos de DDHH, partidos políticos, agrupaciones ecológicas. Alina saca un sándwich de ternera, tomate, aceitunas, huevo duro y morrón y comienza a comerlo. En ese momento la interrumpe un tipito petiso y narigón, se trata de Facundo, un militante de Animalosos, una agrupación que promociona el vegetarianismo.
Sos una hipócrita e incoherente-Le recrimina Facundo a Alina-No podés ser militante ecologista y comer carne.
Alina lo mira con desprecio.
Facundo continúa reprochándole a Alina
Ella enojada le responde:
Dejate de hablar pavadas, facho de mierda.
Sos muy intolerante y fundamentalista. Yo como carne, pero amo la naturaleza, vivo en armonía con la pacha mama, jamás dañaría ni ataría a un animal por diversión o por intereses económicos. Tampoco contamino ni atento contra el medio ambiente. No hay incoherencia alguna.
Alina se levanta la remera y le muestra la espalda. En ella hay marcas de balas de goma.
Esas balas, las recibí cuando la policía reprimió-Dice-Fue en ocasión de una movilización para evitar desmontes en San Juan ¿Y vos, vegetarianito ñoño, tenes alguna marca o no sos una persona de acción?
Decir que no se puede amar a la naturaleza o ser militante ecológico si comes carne es tan absurdo como decir que no podes ser de izquierda o revolucionaria si no sos trotskista.
Pues, yo-Afirma Alina enojada-No soy vegetariana pero sí soy amante de la naturaleza y ecologista. Tampoco soy troska, pero sí soy de izquierda y revolucionaria.
La mayoría de los presentes, apoyó a Alina. Facundo, dándose cuenta de su error, intentó suavizar las cosas diciendo: Ok, admito y acepto que se puede no ser vegetariano pero igual amar la naturaleza y militar ecológicamente sin ser incoherente. Pese a eso, se puede llevar una buena alimentación sin comer carne de vaca, cerdo, pollo o pescado. Con frutas, verduras, legumbres, cereales, leches y huevo alcanza.
Sólo un monstruo puede comer huevos y leche-Interrumpió Federico, Un militante vegano de San Juan. Comer leche y huevos es tan cruel como comer carne-Dijo con su dedo acusador y una mirada inquisidora. Con frutas, vegetales, legumbres y cereales alcanza.
A su vez, Federico fue interrumpido por David, un militante mineraliano. Sos un monstruo, Federico-Dijo David-Los vegetales y las frutas también son seres sintientes, por lo tanto es una crueldad comerlos. Nosotros los mineralianos nos alimentamos comiendo piedras, es la dieta ética y no discriminatoria.
Vos también sos un monstruo-Interrupió Romina a David con un grito-Los minerales son también seres sintientes y tienen los mismos derechos que los animales y vegetales. No es justo discriminarlos.
Comer piedras es una crueldad.Las piedras también sienten.
Romina es miembro de la comunidad fluidiana de Mendoza. Sugus, con mucha curiosidad, estaba por preguntarle de qué se alimentan los fluidianos, cuando fue interrumpida la reunión por el ruido de una bomba de estruendo. Afuera del sindicato donde estaban reunidos, había una patota de oficialistas que habían seguido a Alina solamente para escarcharla.
Todos los cybermilitantes oficialistas estaban allí:Flavio Bianco, Fabiana Carpintero, Mariano Baratelli, Marcelo Basile, Verónica Crápula y una caterva de alcahuetes oficialistas. Todos mandados por Bigotes en Almíbar. Todos ellos fueron compañeros y “amigos” de Alina mientras ella fue oficialista. Ahora la ex blogera estrella del oficialismo era odiada por ellos.
Los colectivos allí unidos para organizar la marcha en contra de la minería, salieron a apoyar y defender a Alina. Los oficialistas, otra vez más, huyeron con la cola entre las patas.
Alina dijo: Gracias a todos por apoyarme, espero que esto sea el comienzo de la unión definitiva de los movimientos progresistas en Argentina.
Yo siempre busqué la unión de la izquierda-Dijo Ernesto Perinola del Partido Onanista.-Quienes sabotearon todo intento de alianza fueron los del otro partido.
Mentira-Gritó enojado, El Pichi Palacios dirigente del Partido de los Trabajadores Seseosos
Ustes fueron los saboteadores-Aseguró el Pichi, señalando con el dedo a Ernesto Perinola.
Basta ya- Gritó Alina enojada-Dejense de joder, son cuatro gatos locos y se pelean entre ustedes. Por boludeces como esas es que nunca sacan más del 1% de los votos.
Finalmente, todos acordaron una tregua y no pelearse más, al menos hasta que finalice la marcha. Incluso los vegetarianos, veganos, mineralianos y fluidianos acordaron ser tolerantes entre sí y con quienes comen carne.
La marcha fue contundente y masiva. No hubos incidentes, salvo un pequeño forcejeo con policías. Fue una manifestación tranquila y pacifica.
Alina, El Gallego y Sugus están de regreso en el hotel, pronto va a ser la conferencia.
Federico, el vegano y David, el mineraliano también están con ellos ya que van a escuchar la disertación.
Alina está en el primer piso, apoyada sobre un balcón frente a la sala de conferencias. Saca de su bolso un sándwich de salamín en pan casero. Está por comerlo cuando Federico se arroja sobre ella intentando arrebatarle el sándwich al grito de “comer carne es asesinato”. Ella enojada lo empuja y putea.
¿No era que iban a ser tolerantes? –Pregunta Alina
La promesa era sólo hasta que termine la marcha-Respondió Federico.
Ella, El Gallego y Sugus, se fueron de allí. Alina comió su sandwich en el camino.
Ahora Alina su marido y Sugus están afuera del hotel, tomando aire.
Sugus ve a una chica y la reconoce: Se trata de una compañera de la facultad, cuando él estudió letras, años atrás.
Disculpen, voy a saludar a una vieja amiga-Dice.
Andá tranquilo-Dice Alina-Todavía falta para la conferencia.
Alina y El Gallego quedan solos
¿Podrías traerme un cafecito? Dice ella.
Como no, mi amor-Dice él.
Ahora Alina está sola, saca su celular y llama a lo de su madre, la saluda y pregunta por sus hijos. En ese momento se topa con Bigotes en Almíbar, estaba sólo sin custodia.
Bigotes era el ideólogo del hostigamiento hacia Alina.
Nos volvemos a ver-Dice Bigotes-Vos, eras la bloguera estrella, el gobierno apostó mucho por vos, nos traicionaste.
Yo no traicioné a nadie-Gritó enojada, Alina-Cuando adherí a su gobierno, lo hice manipulada. Ahora soy libre y estoy donde tengo que estar.
Todavía tengo ganas de chupar tus pies-Dice Bigotes.
No te acerques más-Grita Alina
¿Qué vas a hacer si me acerco? Pregunta desafiante Bigotes con una cínica sonrisa.
Alina golpea con todas sus fuerzas en la boca del estómago a Bigotes en Almíbar que cae al suelo con las rodillas sobre el suelo, con el rostro contra el piso y el culo apuntando hacia arriba, como los musulmanes cuando oran.
Alina entra de nuevo al hotel.
En el primer piso frente al balcón, aún están Federico y David.
Federico, el vegano, saca de un bolso una zanahoria y se dispone a comerla, cuando David, el mineraliano al grito de “Asesino, asesino” intenta arrebatársela. Forcejean un largo rato.
David en medio del forcejeo, empuja a Federico que cae por el balcón hacia la calle, tiene aún en su mano la zanahoria.
Federico cayó justo encima de Bigotes en Almíbar, que aún estaba tirado en el piso, agarrándose la boca del estómago. La zanahoria queda incrustada en el ocote de Bigotes.
Federico no se lastimó, Bigotes, necesitará de un buen proctólogo.
Alina mira con una sonrisa a Bigotes, tendido en el piso con la zanahoria en el upite y piensa en la belleza de la justicia poética que a veces, la vida aplica. Aparece primero sugus con un papelito en la mano: Es el teléfono de la ex compañera de la facultad. Un minuto después llega El Gallego con el café. En pocos minutos más, Alina subirá al escenario para dar su conferencia.
La exposición de Alina fue un éxito. Apenas finaliza la conferencia, los tres entran al bar a tomar unas cervezas con una picadita. En una hora deben estar en la termina de ómnibus.
Ya están en la estación. En ómnibus que viaja a San Juan sale primero, 15 minutos después parte el que va a Córdoba. Llegada la hora, Sugus abraza a Alina y al Gallego y se despiden. Ellos suben al bus tomados de la mano, él se queda sentado esperando a que salga el suyo.
Mira a su alrededor: Ve rostros parecidos a los de Córdoba. Está la mujer que viaja a Buenos Aires a comprar ropa trucha por mayor y luego revenderla, el futbolista que viaja a otra ciudad a probar suerte. La pareja de enamorados que viajan por diversión, el trabajador cansado que estuvo todo el día rompiéndose en una fábrica para ganar monedas y ahora espera el bus que lo llevará de regreso a su pueblo, donde su familia lo espera.
Sugus sube al ómnibus que lo dejará en su Córdoba. Apenas se sienta, se saca los zapatos y cierra los ojos tratando de descansar.
Alina y El Gallego están en su colectivo larga distancia, es de noche y todos están dormidos ¿Te acordás mi amor cuando lo hicimos en un colectivo como este?-Pregunta Alina.
Claro que sí-Responde El Gallego-¿Repetimos la anécdota?
Claro que sí-Dice Alina-Pero que sea algo bien tántrico, dulce, romántico y sutil. No quiero despertar a nadie ni escandalizar, tiene que ser bien disimulado. Odio el exhibicionismo.
Cuando llegue a casa, quiero que me cocines un pollo al champignon que tan rico te sale, dice Alina.
Lo voy a hacer-Dice El Gallego-Pero vos cociname un Lemon Pie.
¿Quién va arriba y quién abajo? Le pregunta Alina a El Gallego, mientras con su mano acaricia el pene erecto de él.
Como vos quieras, mi amor-Responde.
Alina se coloca los auriculares y suena en su disc-man (ella odia los mp3) T-Rex, una de sus bandas favoritas. Sexo y música, excelente combinación. El viaje de regreso, sin duda alguna, será placentero.
Un remolino mezcla, los besos y la ausencia. Imágenes paganasse desnudarán en sueños
Virus suena en los auriculares de Sugus, él se asoma por la ventana. El aburrido paisaje nocturno de campos de soja al lado de la ruta sólo es interrumpido por las sórdidas luces rojas de un telo de mala muerte donde adúlteras parejas se juntan una vez al mes para amarse el secreto. Ella espera un príncipe que la salve de la aplastante rutina pero claro, no es el camionero casado al que da su culo una vez al mes. Él espera que unas tetas mágicas le salven la vida, pero ni las tetas de ella, ni la merca, ni la ginebra lo salvan. Ella no es mágica, aún cuando traga la leche de él, leche que su propia esposa no quiere hacerlo. No, ni los petes lo van a salvar. La pegajosa naditud en la que vive no se va tan fácil.
El paisaje se repite, aburridos campos de soja, la luna escondida entre las nubes, las estrellas brillan particularmente más lánguidas que nunca, quizá con un particular sentido de humor cruel están deliberadamente opacas para hacer aún más abúlico el paisaje.
Otra vez el monótono paisaje es interrumpido, esta vez las sórdidas luces rojas no son de un telo sino de una whiskeria, allí la regentea un puntero político del peronismo, primo del intendente del pueblo. Hay menores de edad, incluso niñas de 13 y 12 años. El comisario del pueblo es cómplice de todo eso, el juez y el fiscal de la zona también lo son.
El custodio del lugar, un barrabrava con varios muertos de su haber es el líder de la Cámpora de esa regional.
El cura del pueblo es un cliente VIP habitual, también lo son los oligarcas sojeros de la zona.
El ómnibus pasa indiferente por la puerta de la whiskería a la vera de la ruta, la mayoría de los pasajeros están dormidos y los pocos despiertos, miran insensibles el paisaje.
Sólo Sugus, que es muy sensible, capta el dolor de las chicas de allí, al pasar el colectivo por allí, el siente una repentina bofetada de angustia.
Sugus se cubre el regazo con una campera y disimuladamente comienza a masturbarse, lo hace pensando en la chica del colectivo que vio en Córdoba, justo antes de que llamara Alina para invitarlo a Mendoza. Sugus eyacula y parte de su semen cae al suelo del colectivo. Se levanta y dirije a la parte de atrás, allí al lado de la máquina de café, hay un dispenser con servilletas de papel, con eso limpiará el semen de sus manos y del suelo.
Al lado de la máquina del café está ella. Sugus la ve y se enamora. Está dormida con los auriculares puestos, el acerca su rostro al de ella y escucha lo que suena en su mp3, La aguardentosa vos de Tom Waits le protege sus sueños mientras el colectivo sigue su viaje.
Al acercarse a ella percibe el sutil perfume que lleva. Sugus siente muchas ganas de besar su blanco y hermoso cuello, pero se contiene, saca unas servilletas de papel y regresa a su asiento.
Sugus sufrió sufre y sufrirá tantas desilusiones y desengaños que a veces tantos golpes derriban temporalmente su resistencia y renuncia a amar, aunque luego, como el ave Fénix, renacen entre las cenizas sus deseos de entregarse por completo. Su necesidad de consagrarse a las piernas de una mujer.
Ahora está deprimido. Comienza a fantasear una historia con ella, como lo hizo también con la chica del colectivo en Cordoba, la Carola que en realidad se llamaba Sofia.
Se imagina que la chica que duerme al lado de la máquina de café con el delicado perfume y los auriculares que ahora hacen sonar a Nick Cave en su mp3 se llama Verónica tiene 19 años y estudia Aministración de Empresas, tiene un novio rugbier de 21 años un metro noventa y ciento diez kilos.
Ella no es para mí dice.
Pero en realidad, no se llama Verónica sino Laura, tiene 20 años, estudia bellas artes, ama el jazz, toca el saxofón y le encanta escribir, además es militante de izquierda.
Sugus dice: ¿Y si es ella la mujer que puede salvar mi vida? Sugus se levanta y se dirige a la máquina de café. Todavía no sabe que hará para despertarla ni cómo intentará iniciar una conversación. Pese a eso se levanta decidido, Camina tan ansioso que en el camino, golpea sin querer con su codo en la cabeza de un pelado que dormía plácidamente.
El pelado se despirta. Mira el reloj, faltan más de 3 horas para llegar a Córdoba. Decide ir al baño a orinar, en el camino el pelado observa a una señora durmiendo con la cabeza apoyada sobre la ventana
La señora aprovechó que el asiento de al lado está vacío y allí colocó sus bolsos.
La señora tiene 60 años y un notable parecido con Mercedes Sosa. La señora trabajó toda su vida, su marido también, es una criolla humilde que vive en una pequeña casita y lleva una vida simple. Hace unas empanadas riquísimas y tiene 25 nietos que la visitan y le llevan bombones de chocolates como regalo.
Pero ella está dormida y sueña.
Sueña que es otra persona. Sueña que tiene 25 años, es rubia y es una modelo de largas piernas. Está viajando en un avión privado a Milán donde filmará un corto publicitario junto a George Clooney. La rubia modelo duerme en el avión privado y sueña. Sueña que es una mujer común de unos 60 años, lleva 40 años casada con su marido. Un operario de una fábrica ya jubilado. Ella hace empanadas y tiene 25 nietos. De vez en cuando viaja desde Córdoba a Mendoza a visitar a su prima. Está 3 ó 4 dias y luego regresa. Siempre lo hace de noche. Siempre en colectivo. Durante el viaje de regreso siempre duerme y sueña. Sueña que es otra persona….
El colectivo abandona la monotonía de los campos sembrados e ingresa a un pequeño puelbito . Las casitas tienen las luces de afuera encendidas donde revolotean polillas toda la noche, pero ninguna luz de ninguna cocina ni de ninguna habitación está prendida. Todos duermen. Los pocos insomnes están en el barcito del pueblo, jugando al truco y tomando fernet. El canto de los grillos y unas luciérnagas que vuelan melancólicas afuera del triste bar le dan un poco de color y magia a la noche.
A 50 mts de allí, en otra parada, Sugus espera el bondi que lo llevará a su casa.
Delante de él, una gorda de unos 45 años enciende un cigarrillo y lo fuma casi extasiada. El humo del cigarrillo molesta a Sugus, pero no le dice nada porque no quiere pelear. Llega un colectivo, la gorda apaga el cigarrillo lo guarda en su bolsillo y sube.
Él continúa en la parada esperando que llegue el suyo.
10 minutos después, aparece el colectivo. Sube. Está casi vacío. Se sienta al fondo a la izquierda y observa a los demás pasajeros. Dos asientos delante de él, en la misma fila, un hombre duerme con la cabeza apoyada sobre la ventana. Tiene un viejo vaquero azul y una remera negra, sus ropas están manchadas con cal, seguramente se trata de un albañil explotado que trabaja en negro y está regresando a su casucha después de una larga y agotadora jornada de esclavitud.
En la fila del frente a la misma altura que él, una chica de unos 15 ó 16 años, no más, está amamantando a un bebe de unos 6 meses. La niña/madre mira con mucho amor a su criatura y sonríe dulcemente. La sonrisa de ella refleja mucho más amor de lo que cualquiera de las “mujeres bien” jamás experimentarán ni sentirán por sus hijos ni por nadie. Pero también su rostro refleja dolor angustia y abandono. Seguramente el padre del bebé está ausente. Huyó cobardemente cuando se enteró que ella estaba embarazada. Ahora tiene que hacerse cargo sola, porque su ex pareja no es un hombre de verdad.
En el asiento de atrás del colectivero, viaja una mujer de unos 23 años. Sugus la ve y se enamora.
La observa y comienza a imaginar sobre ella: Su nombre, edad, su historia de vida.
Imagina que la mujer se llama Carola, tiene 24 años, es poeta y le encanta cantar jazz (lo hace muy bien) trabaja en un barsucho como camarera, su novio es el gerente del bar. Su pareja la maltrata y ella ya está harta. Desde hace tiempo viene pensando en dejarlo pero nunca se animó.
Sugus y ella se bajan juntos en la misma parada, ella le pregunta la hora y él le responde. Comienzan a hablar, hasta que se anima y la invita a tomar un café. Ella acepta. Hablan, se entienden muy bien, hay química. Carola le muestra un cuaderno con sus poemas, Sugus los lee y le dice que son muy buenos que debería publicarlos, él se compromete a llevar los manuscritos a un amigo que es librero y conoce de un par de editores que podrían publicar un libro con sus poemas. Luego ella le comenta que le encanta el jazz, que heredó de su padre más de 2.500 vinilos con joyitas del mejor blues y jazz, algunas inconseguibles de alto valor económico y cultural. Desde niña, gracias a sus progenitores melómanos, comenzó a cantar jazz. Nunca lo hizo en público. Sugus insiste y ella le canta allí mismo en la mesa del café. Él queda embelezado con su dulce vos, melancólica pero potente a la vez. Ideal para el jazz.
Llegan a la casa de Sugus y hacen el amor, a la mañana siguiente, Carolina se levanta temprano para ir a trabajar.
Mi novio me va a preguntar porqué anoche no respondí sus llamados. Él es muy celoso y no sólo me va a golpear sino que también va a despedirme. Estoy desesperada-Dice llorando.
Sugus seca las lágrimas de ella con su mano, le acaricia el rostro y le dice-No te preocupes, yo voy a solucionar todo.
Caminan de la mano hasta la puerta del bar.
Esperame acá-Dice Sugus
Él entra, pregunta por el gerente. Cuando éste sale, Sugus lo golpeaba en la nariz con su puño izquierdo.
Sugus es pequeño, mide 1,70 metros y pesa 65 kilos. Por el otro lado, el novio de Carola mide 1,80 y pesa 90 kilos. Pese a eso, Sugus gana cómodamente la pelea ya que él es más valiente y va al frente.
Luego, sale del bar y besándola en la boca, le dice a Carlola: Ya está, mi amor. El va a dejar que vos te vayas y te va a pagar 6 meses de sueldo. Con ese dinero vas a poder subsistir hasta conseguir otro trabajo, pero ese próximo trabajo será temporal. Cuando salga tu primer libro y tu primer CD nunca más vas a necesitar trabajar.
Ella, sonríe dulcemente.
Sugus y Carola se van caminando tomados de la mano felices.
El timbre del colectivo corta violentamente la fantasía de sugus, la chica se baja y desaparece para siempre de la vida de Sugus.
La realidad es que ella no se llama Carola sino Sofía, tiene 22 años, no le gusta el jazz y canta bastante mal, no le gusta la literatura y jamás escribió un poema. Ella no trabaja en un bar (en realidad no trabaja) estudia Ciencias Económicas y su novio jamás la maltrató, igualmente su pareja es un imbécil (ella sí lo maltrata a él)
Tampoco tiene pensado dejar a su novio con el cuál se van a casar en 6 meses.
Cada mujer que se va es un universo que muere, unas páginas que nunca existirán en ningún libro.
Sugus se asoma por la ventana, el bondi está cruzando las vías, aún faltan 15 minutos para llegar a su casa.
Suena el celular, él atiende.
Hola Sugus, soy Alina ¿Cómo andás? ¿Todo bien? Te llamo para confirmarte que la charla se hace ¿vas a venir?
Sugus le responde: Estoy con muy poca guita, pero igualmente voy a rebuscármela para poder ir. Esperame porque voy.
¿Cómo hacemos al final?-Pregunta Alina-¿Nos juntamos directamente allá o vas a pasar primero por San Juan y de acá salimos juntos?
Pasaré primero por tus pagos, saludo y salimos juntos-Dice Sugus
Bueno-Responde Alina-Venite un día antes ya que la noche anterior vamos a hacer una juntada con amigos.
Ok, allá estaré-Dice Sugus
Llevá Fernet-Dice Alina entre risas.
Ha pasado un mes desde la Apostasía Política que organizó Alina.
Sigue yendo todo muy bien en su vida personal y familiar, también en el grupo anarquista que formó el que maneja el comedor y centro cultural comunitario. Alina pasó de ser la bloguera estrella oficialista a la enemiga pública del gobierno. Su nuevo blog cada vez tiene más visitas.
Aún sigue siendo agredida por los oficialistas, pero a ella no le importa.
Sabe que está haciendo lo correcto.
Alina expuso su conferencia: “Las ideologías políticas como una religión más” en Buenos Aires, La Plata, Córdoba, Rosario, Tucumán y Salta.
Ahora es el turno de Mendoza y Sugus está invitado a asistir.
Sugus baja del ómnibus, Alina y El Gallego lo están esperando en el andén de la Terminal de San Juan. Se abrazan y se saludan.
Antes de pasar por casa, tomémonos un café en el bar de la Terminal- Dice Alina.
Son recién las 9 de la mañana y ya te tomaste 5 cafés-Dice el gallego.
Alina con ojos de asesina mira al gallego y le dice ¿Y qué? ¿Hay algún problema?
Ninguno, no hay problema-Dice el Gallego-Te amo, hermosa.
Ahora el rostro de Alina vuelve a tener la dulzura y ternura de siempre y con una sonrisa responde-Yo también te amo, gordo.
Son las 10 de la mañana de un soleado sábado en el pueblito de Alina en San Juan.
Sugus, Alina y El Gallego llegan a su casa. Vienen de la Terminal. Sugus saluda a los cuatro hijos de ellos y al perro Bull Terrier de la familia.
Los tres hablan en el living durante dos horas sobre música, arte filosofía y la inmortalidad del grillo, mientras los cuatro chicos juegan a la PlayStation con el video juego nuevo que Sugus les regaló.
Ya es medio día-Dice El Gallego-Me voy a encender el fuego para el asado. Los dejo, sigan charlando ustedes.
Sugus y Alina continúan hablando en el living.
Estaban hablando sobre las pésimas secuelas de Matrix, cuando El Gallego los interrumpe: Ya está el asado, vengan ya, pero primero, mi amor, avisale a los chicos que ya está la comida.
Luego del suculento asado, llegó el postre: Una tarta de frutillas que Alina cocinó.
A la siesta, luego del café y la sobremesa, Sugus, Alina, El Gallego, sus hijos y el perro se fueron a las sierras a pasar el día. A las 21 hs llegaron a la casa de la madre de ella.
Si bien al comienzo el diálogo fue muy duro y tenso cuando Alina le contó a su madre que abandonaba el peronismo, al final ella y su madre lograron entenderse. Pese a que ella renunció al peronismo, su madre aceptaba la decisión y comprendía la postura que había adoptado. Ahora eran más unidas que nunca.
Desde que Alina abandonó para siempre el peronismo, casi ocho meses atrás, la relación de ella con su madre era mejor y más sincera y honesta que nunca.
Son las 22 hs Alina, El Gallego y Sugus salen de la casa de la madre de ella rumbo a su casa. En una hora comenzaran a llegar los amigos. La juntada comienza enseguida. Los chicos se quedan. Mañana Alina, El Gallego y Sugus partirán rumbo a Mendoza. La abuela cuidará a los niños.
Comienzan a llegar los amigos de Alina y El Gallego, los viejos y los nuevos. Hablan sobre el festival de cine que van a hacer en el centro cultural comunitario. Alina quiere pasar “La Naranja Mecánica” “Perdidos en La Noche (midnight Cowboys) y Busco mi Destino” tres de las películas hollywoodenses favoritas de ella. También hablan sobre las acciones que van a tomar en torno a un caso reciente de gatillo fácil en San Juan, a pocas cuadras del comedor.
Después de eso, el dialogo se distiende.
Alina, desde que despertó el día del incidente con Bigotes en Almíbar, además de animarse a escribir y dibujar (ambas cosas las hace muy bien) también se compró una guitarra eléctrica.
Está aprendiendo a sacar canciones de The Clash, Todos Tus Muertos, Massacre, The Cure, Joy Division, Ramones, Nirvana, Bauhaus, Yo la Tengo, Dinosaur Jr y hasta con los pedales de efectos se anima a los ruidos de Sonic Youth, The Jesus and Mary Chain y My Bloody Valentine.
Esa noche se anima a tocar la viola frente a sus amigos.
Son las 8 de la mañana y el último amigo se va.
Quedan tiradas en el piso muchas botellas vacías y un fuerte olor a marihuana en el ambiente. Cuando regresemos de Mendoza, limpiamos todo- Dice Alina.
Toman un taxi y salen rumbo a la Terminal.
Llegaron a Mendoza, van al hotel a descansar.
Nunca más paso la noche de largo, ya no tengo 18 años-Dice Alina agotada.
Ella y El Gallego piden una habitación matrimonial, Sugus, una single.
Al día siguiente, Sugus se levanta, va al baño, mea, tira la cadena y entra a la ducha.
Luego sale del baño se viste y medio dormido baja hasta el bar del hotel. Allí ya están Alina y El Gallego desayunando. Cuando ellos lo ven, con un gesto lo invitan a unirse a la mesa.
A la noche, en el mismo Hotel, Alina dará su conferencia.
Alina estaba por pedir su quinto café del día, cuando se le acerca una pareja: El ,25 años, cabello negro largo, lentes redondos tipo John Lennon alto y delgado. Ella, 22 años rastas rubias, ojos grandes y marrones, apenas llega al metro cincuenta.
Hola ¿vos sos Alina? Preguntan ambos al unísono.
Sí, soy yo-Respondió con un una tímida sonrisa.
Nosotros seguimos tu blog anarquista, nos parece excelente. Sabemos de tu activa militancia por eso queremos pedirte un favor.
¿De qué se trata?-Preguntó Alina.
El pibe de lentes redondos responde: Hoy vamos a hacer una marcha en contra de la minería en Mendoza, queremos que vos participes en la manifestación. Tu presencia es importante.
¿A qué hora es? –pregunta Alina.
A las 16 hs –responde la chica de rastas.
Entonces estaré con ustedes, pero no se olviden que a las 20 hs tengo la conferencia ¿Ustedes van a asistir verdad?
Claro que sí-Respondieron los dos.
La marcha contra la minería contaminante era a las 16 hs pero Alina, El Gallego y Sugus se iban a juntar a las 15 hs con los colectivos que organizaban la marcha para coordinar algunos detalles. La reunión sería en un local sindical.
Llegaron puntualmente a la hora pactada.
La chica de rastas y el pibe de cabello largo y lentes Lennon los saludan, le presentan al resto del colectivo, una agrupación anarquista mendocina. Después saludan a los otros organizadores de la marcha: Organismos de DDHH, partidos políticos, agrupaciones ecológicas. Alina saca un sándwich de ternera, tomate, aceitunas, huevo duro y morrón y comienza a comerlo. En ese momento la interrumpe un tipito petiso y narigón, se trata de Facundo, un militante de Animalosos, una agrupación que promociona el vegetarianismo.
Sos una hipócrita e incoherente-Le recrimina Facundo a Alina-No podés ser militante ecologista y comer carne.
Alina lo mira con desprecio.
Facundo continúa reprochándole a Alina
Ella enojada le responde:
Dejate de hablar pavadas, facho de mierda.
Sos muy intolerante y fundamentalista. Yo como carne, pero amo la naturaleza, vivo en armonía con la pacha mama, jamás dañaría ni ataría a un animal por diversión o por intereses económicos. Tampoco contamino ni atento contra el medio ambiente. No hay incoherencia alguna.
Alina se levanta la remera y le muestra la espalda. En ella hay marcas de balas de goma.
Esas balas, las recibí cuando la policía reprimió-Dice-Fue en ocasión de una movilización para evitar desmontes en San Juan ¿Y vos, vegetarianito ñoño, tenes alguna marca o no sos una persona de acción?
Decir que no se puede amar a la naturaleza o ser militante ecológico si comes carne es tan absurdo como decir que no podes ser de izquierda o revolucionaria si no sos trotskista.
Pues, yo-Afirma Alina enojada-No soy vegetariana pero sí soy amante de la naturaleza y ecologista. Tampoco soy troska, pero sí soy de izquierda y revolucionaria.
La mayoría de los presentes, apoyó a Alina. Facundo, dándose cuenta de su error, intentó suavizar las cosas diciendo: Ok, admito y acepto que se puede no ser vegetariano pero igual amar la naturaleza y militar ecológicamente sin ser incoherente. Pese a eso, se puede llevar una buena alimentación sin comer carne de vaca, cerdo, pollo o pescado. Con frutas, verduras, legumbres, cereales, leches y huevo alcanza.
Sólo un monstruo puede comer huevos y leche-Interrumpió Federico, Un militante vegano de San Juan. Comer leche y huevos es tan cruel como comer carne-Dijo con su dedo acusador y una mirada inquisidora. Con frutas, vegetales, legumbres y cereales alcanza.
A su vez, Federico fue interrumpido por David, un militante mineraliano. Sos un monstruo, Federico-Dijo David-Los vegetales y las frutas también son seres sintientes, por lo tanto es una crueldad comerlos. Nosotros los mineralianos nos alimentamos comiendo piedras, es la dieta ética y no discriminatoria.
Vos también sos un monstruo-Interrupió Romina a David con un grito-Los minerales son también seres sintientes y tienen los mismos derechos que los animales y vegetales. No es justo discriminarlos.
Comer piedras es una crueldad.Las piedras también sienten.
Romina es miembro de la comunidad fluidiana de Mendoza. Sugus, con mucha curiosidad, estaba por preguntarle de qué se alimentan los fluidianos, cuando fue interrumpida la reunión por el ruido de una bomba de estruendo. Afuera del sindicato donde estaban reunidos, había una patota de oficialistas que habían seguido a Alina solamente para escarcharla.
Todos los cybermilitantes oficialistas estaban allí:Flavio Bianco, Fabiana Carpintero, Mariano Baratelli, Marcelo Basile, Verónica Crápula y una caterva de alcahuetes oficialistas. Todos mandados por Bigotes en Almíbar. Todos ellos fueron compañeros y “amigos” de Alina mientras ella fue oficialista. Ahora la ex blogera estrella del oficialismo era odiada por ellos.
Los colectivos allí unidos para organizar la marcha en contra de la minería, salieron a apoyar y defender a Alina. Los oficialistas, otra vez más, huyeron con la cola entre las patas.
Alina dijo: Gracias a todos por apoyarme, espero que esto sea el comienzo de la unión definitiva de los movimientos progresistas en Argentina.
Yo siempre busqué la unión de la izquierda-Dijo Ernesto Perinola del Partido Onanista.-Quienes sabotearon todo intento de alianza fueron los del otro partido.
Mentira-Gritó enojado, El Pichi Palacios dirigente del Partido de los Trabajadores Seseosos
Ustes fueron los saboteadores-Aseguró el Pichi, señalando con el dedo a Ernesto Perinola.
Basta ya- Gritó Alina enojada-Dejense de joder, son cuatro gatos locos y se pelean entre ustedes. Por boludeces como esas es que nunca sacan más del 1% de los votos.
Finalmente, todos acordaron una tregua y no pelearse más, al menos hasta que finalice la marcha. Incluso los vegetarianos, veganos, mineralianos y fluidianos acordaron ser tolerantes entre sí y con quienes comen carne.
La marcha fue contundente y masiva. No hubos incidentes, salvo un pequeño forcejeo con policías. Fue una manifestación tranquila y pacifica.
Alina, El Gallego y Sugus están de regreso en el hotel, pronto va a ser la conferencia.
Federico, el vegano y David, el mineraliano también están con ellos ya que van a escuchar la disertación.
Alina está en el primer piso, apoyada sobre un balcón frente a la sala de conferencias. Saca de su bolso un sándwich de salamín en pan casero. Está por comerlo cuando Federico se arroja sobre ella intentando arrebatarle el sándwich al grito de “comer carne es asesinato”. Ella enojada lo empuja y putea.
¿No era que iban a ser tolerantes? –Pregunta Alina
La promesa era sólo hasta que termine la marcha-Respondió Federico.
Ella, El Gallego y Sugus, se fueron de allí. Alina comió su sandwich en el camino.
Ahora Alina su marido y Sugus están afuera del hotel, tomando aire.
Sugus ve a una chica y la reconoce: Se trata de una compañera de la facultad, cuando él estudió letras, años atrás.
Disculpen, voy a saludar a una vieja amiga-Dice.
Andá tranquilo-Dice Alina-Todavía falta para la conferencia.
Alina y El Gallego quedan solos
¿Podrías traerme un cafecito? Dice ella.
Como no, mi amor-Dice él.
Ahora Alina está sola, saca su celular y llama a lo de su madre, la saluda y pregunta por sus hijos. En ese momento se topa con Bigotes en Almíbar, estaba sólo sin custodia.
Bigotes era el ideólogo del hostigamiento hacia Alina.
Nos volvemos a ver-Dice Bigotes-Vos, eras la bloguera estrella, el gobierno apostó mucho por vos, nos traicionaste.
Yo no traicioné a nadie-Gritó enojada, Alina-Cuando adherí a su gobierno, lo hice manipulada. Ahora soy libre y estoy donde tengo que estar.
Todavía tengo ganas de chupar tus pies-Dice Bigotes.
No te acerques más-Grita Alina
¿Qué vas a hacer si me acerco? Pregunta desafiante Bigotes con una cínica sonrisa.
Alina golpea con todas sus fuerzas en la boca del estómago a Bigotes en Almíbar que cae al suelo con las rodillas sobre el suelo, con el rostro contra el piso y el culo apuntando hacia arriba, como los musulmanes cuando oran.
Alina entra de nuevo al hotel.
En el primer piso frente al balcón, aún están Federico y David.
Federico, el vegano, saca de un bolso una zanahoria y se dispone a comerla, cuando David, el mineraliano al grito de “Asesino, asesino” intenta arrebatársela. Forcejean un largo rato.
David en medio del forcejeo, empuja a Federico que cae por el balcón hacia la calle, tiene aún en su mano la zanahoria.
Federico cayó justo encima de Bigotes en Almíbar, que aún estaba tirado en el piso, agarrándose la boca del estómago. La zanahoria queda incrustada en el ocote de Bigotes.
Federico no se lastimó, Bigotes, necesitará de un buen proctólogo.
Alina mira con una sonrisa a Bigotes, tendido en el piso con la zanahoria en el upite y piensa en la belleza de la justicia poética que a veces, la vida aplica. Aparece primero sugus con un papelito en la mano: Es el teléfono de la ex compañera de la facultad. Un minuto después llega El Gallego con el café. En pocos minutos más, Alina subirá al escenario para dar su conferencia.
La exposición de Alina fue un éxito. Apenas finaliza la conferencia, los tres entran al bar a tomar unas cervezas con una picadita. En una hora deben estar en la termina de ómnibus.
Ya están en la estación. En ómnibus que viaja a San Juan sale primero, 15 minutos después parte el que va a Córdoba. Llegada la hora, Sugus abraza a Alina y al Gallego y se despiden. Ellos suben al bus tomados de la mano, él se queda sentado esperando a que salga el suyo.
Mira a su alrededor: Ve rostros parecidos a los de Córdoba. Está la mujer que viaja a Buenos Aires a comprar ropa trucha por mayor y luego revenderla, el futbolista que viaja a otra ciudad a probar suerte. La pareja de enamorados que viajan por diversión, el trabajador cansado que estuvo todo el día rompiéndose en una fábrica para ganar monedas y ahora espera el bus que lo llevará de regreso a su pueblo, donde su familia lo espera.
Sugus sube al ómnibus que lo dejará en su Córdoba. Apenas se sienta, se saca los zapatos y cierra los ojos tratando de descansar.
Alina y El Gallego están en su colectivo larga distancia, es de noche y todos están dormidos ¿Te acordás mi amor cuando lo hicimos en un colectivo como este?-Pregunta Alina.
Claro que sí-Responde El Gallego-¿Repetimos la anécdota?
Claro que sí-Dice Alina-Pero que sea algo bien tántrico, dulce, romántico y sutil. No quiero despertar a nadie ni escandalizar, tiene que ser bien disimulado. Odio el exhibicionismo.
Cuando llegue a casa, quiero que me cocines un pollo al champignon que tan rico te sale, dice Alina.
Lo voy a hacer-Dice El Gallego-Pero vos cociname un Lemon Pie.
¿Quién va arriba y quién abajo? Le pregunta Alina a El Gallego, mientras con su mano acaricia el pene erecto de él.
Como vos quieras, mi amor-Responde.
Alina se coloca los auriculares y suena en su disc-man (ella odia los mp3) T-Rex, una de sus bandas favoritas. Sexo y música, excelente combinación. El viaje de regreso, sin duda alguna, será placentero.
Un remolino mezcla, los besos y la ausencia. Imágenes paganasse desnudarán en sueños
Virus suena en los auriculares de Sugus, él se asoma por la ventana. El aburrido paisaje nocturno de campos de soja al lado de la ruta sólo es interrumpido por las sórdidas luces rojas de un telo de mala muerte donde adúlteras parejas se juntan una vez al mes para amarse el secreto. Ella espera un príncipe que la salve de la aplastante rutina pero claro, no es el camionero casado al que da su culo una vez al mes. Él espera que unas tetas mágicas le salven la vida, pero ni las tetas de ella, ni la merca, ni la ginebra lo salvan. Ella no es mágica, aún cuando traga la leche de él, leche que su propia esposa no quiere hacerlo. No, ni los petes lo van a salvar. La pegajosa naditud en la que vive no se va tan fácil.
El paisaje se repite, aburridos campos de soja, la luna escondida entre las nubes, las estrellas brillan particularmente más lánguidas que nunca, quizá con un particular sentido de humor cruel están deliberadamente opacas para hacer aún más abúlico el paisaje.
Otra vez el monótono paisaje es interrumpido, esta vez las sórdidas luces rojas no son de un telo sino de una whiskeria, allí la regentea un puntero político del peronismo, primo del intendente del pueblo. Hay menores de edad, incluso niñas de 13 y 12 años. El comisario del pueblo es cómplice de todo eso, el juez y el fiscal de la zona también lo son.
El custodio del lugar, un barrabrava con varios muertos de su haber es el líder de la Cámpora de esa regional.
El cura del pueblo es un cliente VIP habitual, también lo son los oligarcas sojeros de la zona.
El ómnibus pasa indiferente por la puerta de la whiskería a la vera de la ruta, la mayoría de los pasajeros están dormidos y los pocos despiertos, miran insensibles el paisaje.
Sólo Sugus, que es muy sensible, capta el dolor de las chicas de allí, al pasar el colectivo por allí, el siente una repentina bofetada de angustia.
Sugus se cubre el regazo con una campera y disimuladamente comienza a masturbarse, lo hace pensando en la chica del colectivo que vio en Córdoba, justo antes de que llamara Alina para invitarlo a Mendoza. Sugus eyacula y parte de su semen cae al suelo del colectivo. Se levanta y dirije a la parte de atrás, allí al lado de la máquina de café, hay un dispenser con servilletas de papel, con eso limpiará el semen de sus manos y del suelo.
Al lado de la máquina del café está ella. Sugus la ve y se enamora. Está dormida con los auriculares puestos, el acerca su rostro al de ella y escucha lo que suena en su mp3, La aguardentosa vos de Tom Waits le protege sus sueños mientras el colectivo sigue su viaje.
Al acercarse a ella percibe el sutil perfume que lleva. Sugus siente muchas ganas de besar su blanco y hermoso cuello, pero se contiene, saca unas servilletas de papel y regresa a su asiento.
Sugus sufrió sufre y sufrirá tantas desilusiones y desengaños que a veces tantos golpes derriban temporalmente su resistencia y renuncia a amar, aunque luego, como el ave Fénix, renacen entre las cenizas sus deseos de entregarse por completo. Su necesidad de consagrarse a las piernas de una mujer.
Ahora está deprimido. Comienza a fantasear una historia con ella, como lo hizo también con la chica del colectivo en Cordoba, la Carola que en realidad se llamaba Sofia.
Se imagina que la chica que duerme al lado de la máquina de café con el delicado perfume y los auriculares que ahora hacen sonar a Nick Cave en su mp3 se llama Verónica tiene 19 años y estudia Aministración de Empresas, tiene un novio rugbier de 21 años un metro noventa y ciento diez kilos.
Ella no es para mí dice.
Pero en realidad, no se llama Verónica sino Laura, tiene 20 años, estudia bellas artes, ama el jazz, toca el saxofón y le encanta escribir, además es militante de izquierda.
Sugus dice: ¿Y si es ella la mujer que puede salvar mi vida? Sugus se levanta y se dirige a la máquina de café. Todavía no sabe que hará para despertarla ni cómo intentará iniciar una conversación. Pese a eso se levanta decidido, Camina tan ansioso que en el camino, golpea sin querer con su codo en la cabeza de un pelado que dormía plácidamente.
El pelado se despirta. Mira el reloj, faltan más de 3 horas para llegar a Córdoba. Decide ir al baño a orinar, en el camino el pelado observa a una señora durmiendo con la cabeza apoyada sobre la ventana
La señora aprovechó que el asiento de al lado está vacío y allí colocó sus bolsos.
La señora tiene 60 años y un notable parecido con Mercedes Sosa. La señora trabajó toda su vida, su marido también, es una criolla humilde que vive en una pequeña casita y lleva una vida simple. Hace unas empanadas riquísimas y tiene 25 nietos que la visitan y le llevan bombones de chocolates como regalo.
Pero ella está dormida y sueña.
Sueña que es otra persona. Sueña que tiene 25 años, es rubia y es una modelo de largas piernas. Está viajando en un avión privado a Milán donde filmará un corto publicitario junto a George Clooney. La rubia modelo duerme en el avión privado y sueña. Sueña que es una mujer común de unos 60 años, lleva 40 años casada con su marido. Un operario de una fábrica ya jubilado. Ella hace empanadas y tiene 25 nietos. De vez en cuando viaja desde Córdoba a Mendoza a visitar a su prima. Está 3 ó 4 dias y luego regresa. Siempre lo hace de noche. Siempre en colectivo. Durante el viaje de regreso siempre duerme y sueña. Sueña que es otra persona….
El colectivo abandona la monotonía de los campos sembrados e ingresa a un pequeño puelbito . Las casitas tienen las luces de afuera encendidas donde revolotean polillas toda la noche, pero ninguna luz de ninguna cocina ni de ninguna habitación está prendida. Todos duermen. Los pocos insomnes están en el barcito del pueblo, jugando al truco y tomando fernet. El canto de los grillos y unas luciérnagas que vuelan melancólicas afuera del triste bar le dan un poco de color y magia a la noche.