A Bigotes en Almíbar le gustan las putas, siempre le gustaron.
Cuando era un oscuro puntero político y manejaba la merca de su zona, ya era un habitué en todos los cabaret de mala muerte a los que frecuentaba. Conocía de memoria el olor, el sabor y la forma de las conchas de toda loca que trabajara en su zona.
Luego, fué acumulando más poder político hasta llegar a ser el zar de su localidad.
Ahora, Bigotes en Almíbar dejó su barrio para trasladarse a la Capital Federal donde es la mano derecha del gobierno nacional.
Este mafioso de frondoso mostacho, aspecto vulgar y ordinario, siempre fué afecto al barrio, al arrabal del conurbano. Carece totalmente de ética y escrúpulos pero aún así no se olvida de sus amigos, los cuales hoy trabajan como custodios de sus asesores, trabajo en blanco y muy bien remunerado, mucho mejor de cuando se dedicaban a apalear a clientes que no pagaban por la merca que compraban o a la competencia.
Tampoco se olvida de las putas de los cabarets de mala muerte donde le hacían un pete y le daban la cola a cambio de un poco de merca (cortada, de mala calidad) todavía las recibe porque no olvida su pasado y su barrio, pero claro ahora prefiere otras putas, mucho más caras y refinadas.
De las putas nuevas, las más caras, Bigotes en Almíbar tiene una preferida: "Cachetes con Crema"
Cachetes con Crema es una "nena bien" de familia tradicional, ella gana en una noche, diez veces más de lo que gana un puta de calle en un mes. Su metro ochenta y cinco, sus sublimes y largísimas piernas, su piel blanca y perfecta, sus bellos ojos azules, su cabellera dorada y su hermosa boca que chupa pijas como nadie la hacen ser la más cara, pero la mejor.
Cachetes con Crema tiene un sello propio que la hace especial: Su vello púbico es de color violeta.
Su concha con pelitos de color violeta se abre cuando se abre la billetera y te asegura un placer dionisíaco.
Bigotes en Almíbar ama chupar conchas y jugar con sus abundantes mostachos sobre el clítoris de las mujeres, según él, son masajes erotizantes (las malas lenguas aseveran, que la predilección de él por el cunilingus es debido a que se mediocre pene le falla seguido) a las mujeres le desagrada bastante ese "juegito" con sus ásperos y tupidos bigotes, pero no le dicen nada porque las putas, al igual que los políticos, viven de mentir y fingir.
Sugus, es un negrazo cordobés, desocupado, estudiante crónico que va ya por su quinta o sexta carrera. Trabajó en fábricas, fué peón de albañil, verdulero, carnicero, ahora sobrevive con changas o vendiendo pastelitos fritos de membrillo y batata que su madre cocina y el ofrece en la peatonal cordobesa.
Sugus es extremadamente sensible y ama con intensidad. Se enamora rápidamente y vive cada enamoramiento con pasión, locura y dolor. Ama, sufre y sangra.
Sugus, es también poeta, narrador y artísta plástico. Pero como es de suponer, nadie aprecia su arte, igualmente persiste e insite.
Todos los meses, edita a todo pulmón una revista donde publica sus relatos, poemas y dibujos.
Como una especie de Robert Crumb cordobés, también publica un comic con historias basadas en su propia vida, sus experiencias y sus fracasos.
La vende en la peatonal, junto a los pastelitos de su madre.
Sugus milita activamente en la izquierda y en su tiempo libre, el también va de putas, pero a diferencia de Bigotes en Almíbar el no les ofrece merca ni nada, él las eschucha, las entiende y las abraza, ellas en agradecimiento beben gratis su leche y abren sus conchas y sus culos con sincera devoción.
La nueva puta que conocío Sugus se llama también "Cachetes con Crema" pero poco y nada tiene que ver con la otra.
La cordobesa es morochita, mide uno sesenta y admira a Emma Goldman y Rosa Luxemburgo, vive en una villa y chupa pijas porque no le queda otra, tiene 5 hermanos menores que mantener.
La concha de Cachetes con Crema, la cordobesa, está, casualmente, adornada con unos vellos violeta.
Las experiencias sexuales de Sugus con la Cachetes con Crema cordobesa fué plasmada en su comic.
Gorgojo es un asesor de Bigotes en Almíbar, él se encarga de organizar todos los viajes de su jefe.
Cuando se estaba por realizar la reunión de blogueros oficilistas con Bigotes en un lujoso hotel de Córdoba, su asesor viajó unos diás antes para organizar todos los detalles, evitando asi que no se cometa el mínimo error.
En la única hora libre que tuvo, Gorgojo salió a caminar por la peatonal, para desenchufarse un poco.
Fué abordado por Sugus quien le ofreció pastelitos y su revista.
De ese modo, la revista de Sugus viajó a BsAs donde el azar hizo que llegara a manos de Bigotes en Almíbar.
Éste cuando leyó el comic en que mencionaba a una puta llamada "Cachetes con Crema" de concha con pelos violeta, pensó que se trataba de "su" Cachetes con Crema y se llenó de estupor y quedó perplejo.
Él que siempre había mandado claros mesajes mafiosos a sus rivales, estaba recibiendo ahora un mensaje mafioso.
Y por primera vez en su vida, sintió miedo y lloró.
Cuando era un oscuro puntero político y manejaba la merca de su zona, ya era un habitué en todos los cabaret de mala muerte a los que frecuentaba. Conocía de memoria el olor, el sabor y la forma de las conchas de toda loca que trabajara en su zona.
Luego, fué acumulando más poder político hasta llegar a ser el zar de su localidad.
Ahora, Bigotes en Almíbar dejó su barrio para trasladarse a la Capital Federal donde es la mano derecha del gobierno nacional.
Este mafioso de frondoso mostacho, aspecto vulgar y ordinario, siempre fué afecto al barrio, al arrabal del conurbano. Carece totalmente de ética y escrúpulos pero aún así no se olvida de sus amigos, los cuales hoy trabajan como custodios de sus asesores, trabajo en blanco y muy bien remunerado, mucho mejor de cuando se dedicaban a apalear a clientes que no pagaban por la merca que compraban o a la competencia.
Tampoco se olvida de las putas de los cabarets de mala muerte donde le hacían un pete y le daban la cola a cambio de un poco de merca (cortada, de mala calidad) todavía las recibe porque no olvida su pasado y su barrio, pero claro ahora prefiere otras putas, mucho más caras y refinadas.
De las putas nuevas, las más caras, Bigotes en Almíbar tiene una preferida: "Cachetes con Crema"
Cachetes con Crema es una "nena bien" de familia tradicional, ella gana en una noche, diez veces más de lo que gana un puta de calle en un mes. Su metro ochenta y cinco, sus sublimes y largísimas piernas, su piel blanca y perfecta, sus bellos ojos azules, su cabellera dorada y su hermosa boca que chupa pijas como nadie la hacen ser la más cara, pero la mejor.
Cachetes con Crema tiene un sello propio que la hace especial: Su vello púbico es de color violeta.
Su concha con pelitos de color violeta se abre cuando se abre la billetera y te asegura un placer dionisíaco.
Bigotes en Almíbar ama chupar conchas y jugar con sus abundantes mostachos sobre el clítoris de las mujeres, según él, son masajes erotizantes (las malas lenguas aseveran, que la predilección de él por el cunilingus es debido a que se mediocre pene le falla seguido) a las mujeres le desagrada bastante ese "juegito" con sus ásperos y tupidos bigotes, pero no le dicen nada porque las putas, al igual que los políticos, viven de mentir y fingir.
Sugus, es un negrazo cordobés, desocupado, estudiante crónico que va ya por su quinta o sexta carrera. Trabajó en fábricas, fué peón de albañil, verdulero, carnicero, ahora sobrevive con changas o vendiendo pastelitos fritos de membrillo y batata que su madre cocina y el ofrece en la peatonal cordobesa.
Sugus es extremadamente sensible y ama con intensidad. Se enamora rápidamente y vive cada enamoramiento con pasión, locura y dolor. Ama, sufre y sangra.
Sugus, es también poeta, narrador y artísta plástico. Pero como es de suponer, nadie aprecia su arte, igualmente persiste e insite.
Todos los meses, edita a todo pulmón una revista donde publica sus relatos, poemas y dibujos.
Como una especie de Robert Crumb cordobés, también publica un comic con historias basadas en su propia vida, sus experiencias y sus fracasos.
La vende en la peatonal, junto a los pastelitos de su madre.
Sugus milita activamente en la izquierda y en su tiempo libre, el también va de putas, pero a diferencia de Bigotes en Almíbar el no les ofrece merca ni nada, él las eschucha, las entiende y las abraza, ellas en agradecimiento beben gratis su leche y abren sus conchas y sus culos con sincera devoción.
La nueva puta que conocío Sugus se llama también "Cachetes con Crema" pero poco y nada tiene que ver con la otra.
La cordobesa es morochita, mide uno sesenta y admira a Emma Goldman y Rosa Luxemburgo, vive en una villa y chupa pijas porque no le queda otra, tiene 5 hermanos menores que mantener.
La concha de Cachetes con Crema, la cordobesa, está, casualmente, adornada con unos vellos violeta.
Las experiencias sexuales de Sugus con la Cachetes con Crema cordobesa fué plasmada en su comic.
Gorgojo es un asesor de Bigotes en Almíbar, él se encarga de organizar todos los viajes de su jefe.
Cuando se estaba por realizar la reunión de blogueros oficilistas con Bigotes en un lujoso hotel de Córdoba, su asesor viajó unos diás antes para organizar todos los detalles, evitando asi que no se cometa el mínimo error.
En la única hora libre que tuvo, Gorgojo salió a caminar por la peatonal, para desenchufarse un poco.
Fué abordado por Sugus quien le ofreció pastelitos y su revista.
De ese modo, la revista de Sugus viajó a BsAs donde el azar hizo que llegara a manos de Bigotes en Almíbar.
Éste cuando leyó el comic en que mencionaba a una puta llamada "Cachetes con Crema" de concha con pelos violeta, pensó que se trataba de "su" Cachetes con Crema y se llenó de estupor y quedó perplejo.
Él que siempre había mandado claros mesajes mafiosos a sus rivales, estaba recibiendo ahora un mensaje mafioso.
Y por primera vez en su vida, sintió miedo y lloró.
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